viernes, 16 de diciembre de 2011

La excelencia universitaria, una oportunidad

(Artículo publicado en La Vanguardia. Jue. 15/12/2011)


No es un reto nada fácil para nuestras universidades estar en los primeros puestos en los rankings internacionales. El modelo “Barça” no es fácilmente transportable a la universidad donde las distancias en presupuestos, indicadores de producción científica, premios Nobel formados en la universidad, etc. están muy condicionados por la historia y la tradición. Harvard o Columbia, hoy por hoy, quedan lejos. No vamos a entrar en detalles, pero también hay algunas variables en nuestro más rígido modelo que no ayudan. Hemos de abandonar el reto? De ninguna manera! 

ESADE e IESE, que están entre las mejores escuelas de negocios del mundo, nos muestran que la dirección a seguir puede consistir en realizar apuestas sectoriales. La visibilidad global de estos prestigiosos centros, además de su buen hacer, es posible porque hay un entorno, en este caso empresarial e innovador, donde escuelas-empresas se retroalimentan mutuamente. En esta línea contamos con otros “clusters” ya existentes como es el caso de las ciencias “Bio” -Biomedicina, Biotecnología-. Este “cluster” relaciona, mediante una institución coordinadora y promotora de la investigación e innovación como es Biocat, facultades de Medicina, hospitales, laboratorios farmacéuticos, y otras instituciones vinculadas con la salud. Otro “cluster” es el correspondiente al ámbito de las tecnologías de la Comunicación, con iniciativas como el 22@, y uniendo ingenierías, parques científicos y tecnológicos, infraestructuras de investigación e instituciones y empresas relacionadas con la comunicación. Estas apuestas de competición-colaboración proporcionan a estos “clusters” una visibilidad global. 

Hay otros ámbitos que, por nuestro bagaje, tienen también un gran potencial. Algunos ejemplos son: Arquitectura, que se puede relacionar con otras ingenierías de la construcción y –como dice Rifkin- con energías renovables!; Diseño, que se puede relacionar con la industria, el arte y las vanguardias artísticas; Cultura, con las industrias culturales y el sector editorial; o Deporte, que puede tener en el Barça su particular banderín de enganche. Estas apuestas, fundamentadas en valores sólidos existentes, más talento e innovación y la colaboración público-privada, pueden estirar de sectores económicos ya importantes de por sí e incidir además en otros como pueden ser el turismo o el ocio. También es imprescindible ser referentes en Educación, ámbito en el que destinamos muchos recursos y que puede unir instituciones educativas, de formación profesional y universidades. 

Todos estos “clusters” citados no serían viables sin unas buenas Universidades, que además se pueden retroalimentar de ellos. Seguramente no hay otro camino que el de la excelencia y visibilidad global. En este sentido es un buen síntoma que ocho universidades catalanas tengan el reconocimiento como “Campus de Excelencia Internacional” por parte del Ministerio de Educación, entre ellas recientemente la Universidad Ramon Llull. Enhorabuena a estas universidades! 

Estas apuestas bien coordinadas constituyen una verdadera estrategia de desarrollo regional, que puede ser también una referencia global. Además, en la medida que incide positivamente en sectores económicos, puede ser un elemento decisivo para salir de la crisis. 

Josep Gallifa 

Catedrático de la Facultad de Educación Blanquerna

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