lunes, 26 de marzo de 2012

El tiempo de las instituciones


En estos momentos de crisis que sería de nuestra sociedad, con estos porcentajes de desempleo tan elevados sobre todo entre los jóvenes, sin la familia? Más allá de todo sistema de protección social, que lamentablemente tiene sus limitaciones, la familia acoge y cuida de las personas. La familia realiza una función insustituible. Y se habla poco de ella. Por otra parte cómo seguirían adelante muchas personas sin la red de instituciones que les apoyan en cuestiones bien elementales: alimentos, ropa, vinculación social ... En tiempos de dificultades más que nunca se hacen presentes las instituciones.

Las instituciones pueden ser naturales, como la familia, de voluntariado, pero también económicas, sociales, educativas o religiosas ... Hay instituciones de todo tipo que realizan la función de cubrir las necesidades de pertenencia y vinculación que tenemos las personas. Pero las instituciones permiten sobretodo algo muy importante e insustituible: actuar colectivamente. Los objetivos de las instituciones van más allá de lo que puede conseguir una persona por sí sola, tienen finalidades y propósitos colectivos, finalidades que sólo se pueden alcanzar con la cooperación de sus miembros.

Las instituciones permiten también otra cosa importante como es la realización de las personas. Son un ámbito donde se aprende a estar y a colaborar con los demás, respetando unas normas, un ámbito donde compartir inquietudes y proyectos con otras personas, donde aprender a servir y a movilizarse por objetivos colectivos, donde aprender a asumir responsabilidades no por el bien particular sino por el bien de todos. Son en definitiva un ámbito para hacer real un compartir efectivo. También un ámbito donde aprender a reconocer las propias limitaciones, corregir y procurar en el futuro hacer las cosas mejor. En definitiva un ámbito donde aprender y realizarse como persona.

Hay también instituciones políticas, pero éstas hoy parecen desbordadas por los problemas actuales. Esto nos debería llevar a una reflexión: Para cierta ciencia social parece que sólo las instituciones públicas representen el bien común que tendría su máxima expresión en el estado, que estaría por encima del bien particular o privado. Cuanto deben estar cambiando las cosas cuando hoy casi todo el mundo defiende la necesidad de que haya más emprendedores, que creen empresas y den trabajo a las personas! Es decir que lo que era interés exclusivamente privado parece que va cogiendo matices de interés general ...

La ciencia social es deudora del pensar liberal en el que los agentes sociales son los individuos y sus derechos. Todavía fascina a algunos el ideal de los ciudadanos libres e iguales discutiendo en el ágora los asuntos de la 'polis' ... Pero la realidad es que las instituciones, que articulan aportaciones valiosas colectivas, son un agente social sin el que no se puede entender la sociedad de hoy. No se puede prescindir de las instituciones que-como decíamos-son agentes sociales de primer orden a reconocer, estimular y también a proteger. Esto no va en contra del estado, que con recursos limitados, deberá establecer reglas de juego y llegar donde la sociedad no pueda llegar, para garantizar derechos básicos: igualdad de oportunidades, bienestar mínimo para todos, etc. Sin embargo las instituciones, que articulan la iniciativa de la sociedad, son quizás el activo más importante para hacer frente a este contexto de crisis en el que estamos. Sin lugar a dudas es el tiempo de las instituciones.

lunes, 19 de marzo de 2012

Grupo de investigación Psicología, Persona y Contexto


Después de unos días con una gripe, que me ha mantenido alejado de mis actividades habituales, recupero poco a poco la normalidad. Un aspecto que quería compartir con los lectores es la aprobación por parte del vicerrectorado de investigación de la Universidad Ramon Llull de un nuevo grupo de investigación en el que estoy vinculado: el grupo de investigación "Psicología, Persona y Contexto".

La investigación como se sabe es una parte consustancial al ser de la Universidad. Aparte de la investigación de cada profesor, cada vez se estila en el mundo universitario una investigación más profesionalizada y especializada, con indicadores objetivos de índice de impacto de las publicaciones en revistas internacionales, proyectos competitivos, etc. No sirve de mucho pensar que quizás las cosas deberían ser de otra manera, así que nuestra facultad apostó desde hace años par ayudar a este tipo de investigación profesional y competitiva.

Este tipo de investigación se realiza fundamentalmente en grupo. En concreto este grupo que presentamos está formado por 62 personas entre miembros del grupo, doctorandos y colaboradores. Se ha creado el grupo a partir de la fusión del trabajo de grupos anteriores. Los compañeros de grupo me escogieron como IP (Investigador Principal) del grupo. Paso a compartir brevemente en que consiste la actividad del grupo. El texto que sigue es un poco técnico porque es un texto consensuado entre los investigadores para explicar la actividad del grupo:

El grupo centra su trabajo en la comprensión de la persona humana en todas sus dimensiones (biológica, psicológica, social, espiritual). Con un arraigo en la comprensión de la psicología y la antropología, se focaliza en las características que presentan las diferentes etapas del ciclo vital de la persona con un énfasis especial en la infancia y la vejez. También interesa al grupo comprender las situaciones y circunstancias del contexto que facilitan o dificultan los procesos de adaptación y cambio humano.

Más allá de esta comprensión, el grupo entra también en la profundización en las aproximaciones profesionales que son facilitadoras de los procesos de cambio, especialmente la psicoterapia, con un énfasis concreto en perspectivas integradoras y con la inclusión de la totalidad de la persona, dando importancia a las dimensiones relacionales (alianza terapéutica, estilo del terapeuta), y también de las dimensiones más emocionales, con la musicoterapia, por ejemplo. Interesa también la aplicación de estos conocimientos a situaciones concretas en las que están implicados los vínculos afectivos (pérdidas, procesos de duelo, adopciones, acogida familiar) o la motivación (adiciones convencionales y nuevas, especialmente las adicciones a conductas en la sociedad en red).

El objetivo es proporcionar una mayor conciencia a la persona, un mayor autoconocimiento de sus potencialidades y de su talento (competencias emocionales y sociales), teniendo en cuenta y potenciando todas las dimensiones que están actuando (también la dimensión espiritual). Profundizamos en este sentido en el potencial que aportan perspectivas como la psicología positiva o el "mindfulness". También interesa comprender en profundidad la creación de conocimiento sobre la persona, tanto desde una perspectiva epistemológica, como ontológica y metodológica, así como los contextos que facilitan la formación de las personas (educación superior).

Las líneas de investigación del grupo y los responsables de línea son:
1) Infancia. Dra. Roser Vendrell
2) Constructivismo y Psicoterapia. Dr. Lluís Botella
3) Psicología positiva. Dra. Ursula Oberst
4) Adicción a sustancias y conductas en la sociedad en red. Dr. Xavier Carbonell
5) Evaluación e intervención en Psicología Clínica. Dr. Sergi Corbella
6) Musicoterapia. Dra. Carme Solé
7) Adopción y acogida familiar. Dra. Meritxell Pacheco
8) Procesos de duelo. Dra. Olga Herrero
9) Psicología y espiritualidad. Dr. Josep Gallifa
10) Vejez. Dra. Carme Solé
11) Creación de conocimiento (línea transversal)

Ofrecemos la experiencia del grupo para cualquier colaboración que pueda surgir.

La web del grupo se puede encontrar en:

lunes, 12 de marzo de 2012

Ante tiempos de dificultades


No es ningún secreto: los tiempos que vivimos no son fáciles. Nos hemos ido encontrando con muchos cambios, las noticias nos hablan cada día de más y más problemas y no parece que se vea el final. Puede parecer que se hayan debilitado algunas certezas y seguridades que teníamos sobre el sistema en que vivimos (económicas, laborales, institucionales, políticas, ...). Quizás algunas dificultades se nos han manifestado también a nivel personal, o en nuestra red cercana familiar, de amistades, de trabajo, etc. Sea cual sea la situación de cada uno, esa sensación de mayor precariedad no es precisamente cómoda.

Hay una dimensión objetiva de las dificultades que no querría minimizar, ni frivolizar con ella. Algunos lo pasan mal, tal vez están en el paro, quizás han tenido que reducir el nivel de consumo de bienes, etc. Y siempre es objetivamente más difícil soportar una situación de dificultad cuando se viene de una anterior de abundancia, que no cuando ya se está acostumbrado a la precariedad. Estamos pues en el lugar difícil. Esto es especialmente aplicable a la gente joven que creció en la situación de optimismo anterior y ahora se encuentra con menos oportunidades de las que pensaba que tendría, con estas tasas de paro juvenil tan elevadas.

Más allá de esta dimensión objetiva, que es real, debemos ser conscientes sin embargo que también hay una dimensión más subjetiva, que tiene que ver con la conciencia que tenemos de estas dificultades y de cómo actuamos, o al menos intentamos actuar, a pesar la incomodidad de los tiempos. Posiblemente estos tiempos de ahora nos ponen más "a prueba". Una primera actitud ante las dificultades de cualquier tipo, comunes en estos días (personales, laborales, etc.), es la de pensar: "no puedo con ellas", "es demasiado para mí", o bien: "no es el momento para actuar "," voy a esperar tiempos mejores y a posponer mis decisiones ", o también" voy a procurar seguir como estoy”. Incluso puede parecer justificable pensar que: "La responsabilidad es de los otros (sistema financiero, político, ...), así que yo no puedo hacer nada", "que lo arreglen los responsables que han creado el problema". Son actitudes comprensibles, quizá razonables, y que parecen llevarnos a una cierta seguridad inmediata. Sin embargo estas actitudes posiblemente no contribuirán mucho a cambiar la situación a nivel global y seguramente tampoco a nivel personal, ya que la situación incómoda probablemente seguirá como antes.

Otra actitud posible es la de tomar conciencia de que la sensación de mayor presión y estrés puede ser un indicativo de la necesidad de cambiar para hacer las cosas de forma diferente. A nivel de desarrollo individual podemos tener esta percepción cuando estamos a punto para avanzar en un ámbito de nuestra vida (económico, profesional, relacional, espiritual, ...). Podemos responder con miedos y dudas o entender que se nos presenta una oportunidad para responsabilizarnos y comprometernos más. La novedad de la situación que se da ahora es que sabemos que seguramente no obtendremos los resultados inmediatamente. Quizá era un espejismo de otros tiempos para algunos el pensar que iban a conseguir resultados rápidos con un pequeño esfuerzo. Ahora quizás toca actuar con una mayor conciencia y valor, porque los resultados no se ven inmediatamente.

La forma de responder a este reto que se nos presenta tiene una insoslayable dimensión personal. Algunos podrán pensar que es un buen momento para invertir en formación para preparar un futuro diferente, otros quizás podrán decidir que a pesar de todo puede ser bueno tomar la iniciativa, aunque sea asumiendo algún riesgo más, también puede ser un momento para asumir responsabilidades aunque cueste un poco más y se tenga que trabajar más para conseguir lo mismo. Sin embargo seguro que es un momento de replanteamiento a fondo de las prioridades que tenemos. ¿Cuáles son las cosas realmente importantes en la vida? ¿Qué nos hace felices? Todo esto nos debería llevar a ser más conscientes de que debemos tener más en cuenta a los demás, servir más y compartir más. En definitiva seguramente es tiempo de poner el pequeño grano de arena de parte de cada uno, aunque sea en una pequeña esfera de nuestra vida, para contribuir a acercar un futuro mejor. Un objetivo para este tiempo de Cuaresma?