miércoles, 30 de mayo de 2012

Cómo el modelo de universidad española ha contribuido al laicismo (Continuación)


Continuamos la reflexión. Estábamos en que hasta los años 20s. o 30s. no hubo en España conciencia de la necesidad de reforma de la Educación superior.

Efectivamente en 1930 en su libro "Misión de la Universidad" Ortega y Gasset criticó el exceso de especialización y el peso excesivo de la dedicación a la investigación teórica en la Universidad española y denominó como "nuevo bárbaro" al titulado universitario muy especializado pero sin una visión del mundo. Recordó los orígenes de la Universidad en la baja Edad Media y como sí que en aquellos inicios el conocimiento estaba enmarcado dentro de una -diríamos ahora-cosmovisión. Pedía pues una reforma de la Universidad para formar un ciudadano y un profesional "culto" en la línea de otros modelos universitarios europeos, y lo hacía, sin lugar a dudas en su caso, en nombre de una bien entendida Modernidad.

Ni que decir tiene que en las situaciones de regímenes autoritarios, bastante frecuentes en España, el control del régimen sobre las universidades estatizadas contribuyó al aislamiento de la institución universitaria de la sociedad. Ahora bien la exclusión de la Religión estaba sin embargo tan arraigada que ni regímenes dictatoriales "nacional-católicos" cambiaron esta situación. Una vez una dinámica institucional o funcionarial está creada no es fácil cambiarla. Quizás muchos profesores en su vida privada eran ya católicos, quizás tampoco había demasiada conciencia de que hubiera ningún problema...

Desde la perspectiva de la Iglesia parece que prácticamente sólo la Compañía de Jesús fue pronto sensible a la necesidad de implicarse en la Educación superior, participando así de la dinámica de otros países. Creó la Universidad de Deusto en 1886, o también otros centros como el Observatorio del Ebro (1904) y el IQS (1905 en Roquetes /1916 en Barcelona). La creación de otras universidades católicas como la Universidad Pontificia de Salamanca, creada por la Conferencia Episcopal Española, es de 1940 (un siglo más tarde que la Universidad Católica de Irlanda, por ejemplo) aplicando el modelo de una Universidad Católica en cada país, como tiene aún Portugal hoy. El Opus Dei creó en 1952 la Universidad de Navarra. Es decir que hasta los años 40 o principios de los 50 no se da la creación sistemática, por mínima que sea, de universidades y centros universitarios de la Iglesia en España, a los que se puede añadir la creación de muchas escuelas de maestros, escuelas de formación empresarial como ESADE o IESE o de Ingenieros técnicos ya con visión universitaria como la de la Salle, que se había iniciado a principios de siglo como escuela de formación técnica.

En la Universidad pública ha habido naturalmente movimientos renovadores a lo largo de los años. Aquí cabe citar por ejemplo la creación de universidades "autónomas" (UAB, UAM), haciendo referencia a la recuperación del ideal de autonomía presente en otros modelos de Universidad europea. Otra cuestión es si estas universidades fueron realmente autónomas o en cambio terminaron con el tiempo siendo muy parecidas a las otras en cuanto a la dependencia estatal. Hace unos pocos años el presidente de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas) reconocía a propósito del proceso de Bologna: "Es necesaria una reforma de la Universidad española, lo estamos haciendo muy mal" decía públicamente.

Hasta la democracia reciente, con el traspaso de las universidades a las autonomías y con la creación de universidades privadas, no se introdujeron elementos para la evolución del modelo. Todo sea dicho, con relativos pocos años, y recientemente con el esfuerzo de Bologna, ha habido un avance significativo, sin embargo sin superar el "gap" respecto modelos de otros países (lo digo con cariño por la universidad pública donde yo también me he formado). En cualquier caso la presencia de la Teología y la Religión en la Universidad pública sigue siendo anecdótica. El modelo de la especialización tecnocientífica, acompañadas, cuando se da de un humanismo agnóstico combativo con la Religión, se han ido extendiendo. Seguramente ha contribuido la asociación de los años de la transición: Religión-régimen autoritario no democrático versus lucha democrática y libertades. Naturalmente esto ha tenido con los años una gran influencia en las mentalidades de los estudiantes, los profesionales, y al final de una parte significativa de la sociedad española.

Hoy es más y más importante la Educación universitaria, ya que casi la mitad de cada generación pasa por la Universidad. Son las personas que acaban teniendo puestos de responsabilidad y liderazgo en la sociedad. En la universidad pública ha pesado y pesa aún la inercia de las circunstancias históricas, las apologéticas contrapuestas, que han contribuido a crear una sociedad dual con unas élites intelectuales, en general, alejadas de la Religión en un país de tan fuertes raíces cristianas ... Y además sin demasiados elementos, ni tampoco excesivo interés, por dialogar. Una auténtica lástima ¿no creen?

domingo, 20 de mayo de 2012

Cómo el modelo de universidad española ha contribuido al laicismo (primera parte)


En la entrada anterior comentábamos tres versiones de la Universidad moderna y como España históricamente había desarrollado su sistema universitario bajo el influjo del modelo Napoleónico. Recordemos que esto quiere decir que la Universidad es concebida como una agencia más del estado, quien regula todos sus aspectos relevantes. Nos podemos preguntar a continuación: ¿Porqué se adoptó este modelo?¿Cómo ha ido evolucionando? Y también: ¿Qué consecuencias ha tenido en la Educación superior y en la sociedad?

Para responder estas preguntas debemos razonar con un poco de perspectiva histórica. Debemos situarnos en el siglo XIX y observar el fenómeno desde la perspectiva del influjo de las ideas asociadas a las revoluciones liberales. Habría que desarrollar con más detalles lo que voy a decir, analizando las disposiciones legales y matizando diferentes momentos y sensibilidades pero, "de facto" y para simplificar, parece como si históricamente el liberalismo moderado y el tradicionalismo monárquicos hubieran convenido por un lado que las órdenes religiosas podían dedicarse sin más problema a la Educación básica, siguiendo naturalmente unos programas marcados por el estado y contribuyendo así a la "Educación nacional". Otra manera de pensar y de actuar (!) fue la del liberalismo radical que sabemos que fue, por decirlo rápidamente, muy "anticlerical". Al final, a diferencia de lo que pasó en la Educación básica, las visiones de la versión liberal-radical se impusieron en la Educación superior, tal vez por imitación del modelo de la vecina e ideológicamente influyente Francia.

Ahora bien, como se podía imponer la versión radical en la Universidad si, al fin y al cabo, fueron regímenes relativamente cortos durante el siglo XIX? Esto sólo es explicable si tenemos en cuenta los siguientes factores:

-La Universidad no era tan importante como ahora. Se trataba básicamente de formar a los funcionarios que requería el estado. Pensemos por ejemplo como la revolución industrial de Cataluña se realizó totalmente al margen de la Universidad. O bien recordemos que hasta el 1837 Barcelona no tenía Universidad, ya que se había trasladado a Cervera. La sociedad dinámica y moderna iba por un lado y el estado, y con él la Universidad, por otro.

-Por otra parte la Iglesia española seguramente no estaba muy interesada en la Universidad. Podríamos extendernos aquí y dar algunas pruebas de este cierto desinterés. Hay que tener presente que era una época diferente a la de ahora, y quizás pensaban que con una Educación básica religiosa en los primeros años infantiles, en un contexto muy católico como era la sociedad española de entonces, ya era suficiente para mantener la religión durante toda la vida. Así pues la Educación superior del S. XIX quedó en manos de las universidades estatales. Recordemos también que la Iglesia, por su parte, tenía los Seminarios. Al César lo que es del César, deberían de pensar.

Esta división hizo que las elites funcionariales estatales se formaran en un entorno de "neutralidad", mientras que la formación de los Seminarios estaba reservada a los sacerdotes y religiosos. Dos tradiciones con muy poco contacto y diálogo y, lo que es más significativo, con apologéticas totalmente contrapuestas! Con esta división, por otra parte, no hubo demasiado debate de cómo debía ser la Educación superior. Esto contrasta con la situación de otros países europeos, con otros modelos de universidad, donde a finales del siglo XIX y a principios del XX hubo un intenso debate sobre la Educación superior, algunos aspectos del cual destacamos en entradas anteriores. Aquí hasta llegar a la Mancomunidad con alguna aportación de Eugeni d'Ors y en el conjunto del estado hasta 1930 con Ortega y Gasset no hubo demasiada conciencia de la importancia y necesidad de reforma de la Educación superior.

lunes, 7 de mayo de 2012

Consideraciones en el momento de escoger estudios universitarios


En estas fechas son muchos los jóvenes que se plantean escoger estudios y entrar a la Universidad. También son muchos los padres pendientes de esta decisión dándoles apoyo y los tutores y educadores orientándolos. Se trata de una decisión importante para la persona, ya que seguramente marcará su futuro profesional, aunque puedan haber oportunidades posteriores de reconducir o modificar esta primera decisión.Quien más quien menos se ha encontrado alguna vez con jóvenes que preguntan o con padres que te piden un consejo sobre cómo orientar sobre los estudios de los hijos, especialmente son los padres de mi generación que tienen los hijos en edad preuniversitaria y universitaria.

Decir ante todo que ya se sabe que la Universidad no es la única opción, que está también la FP y que es también una opción a considerar. Sin embargo la Universidad es una buena opción para el futuro ya que abre la puerta a las profesiones intelectuales que requiere la sociedad del conocimiento en la que estamos. Trataré pues de la elección de estudios universitarios, también porque es el ámbito que más conozco.

Para simplificar haremos un paralelismo con el acto de sembrar (símil de la parábola del sembrador): Para que crezca un árbol vigoroso y robusto es necesario primero una semilla adecuada (que ya tiene el potencial del árbol que un día será) y luego la tierra adecuada que reúna las condiciones para facilitar el crecimiento.

El nivel de la semilla es lo que podríamos denominar el elemento vocacional que todos tenemos. No hay nada más inadecuado y poco satisfactorio que estudiar para una profesión para la que uno no está interesado o motivado. Cuando estudiaba matemáticas muchos compañeros decían: "no me quiero dedicar a la enseñanza", que era la salida más habitual y es finalmente a lo que han acabado dedicándo la mayoría. La profesión es una parte de realización muy importante en la vida, es mejor pues que, si puede ser, sea también una fuente de realización personal. Siempre, pero sobre todo cuando uno es joven, hay que intentarlo!

Y ¿cómo se puede conocer la propia vocación? Hay varios aspectos aquí: Uno es el "¿qué me gustaría ser?". Es decir aquello de "qué quiero ser cuando sea mayor". Hay personas que desde muy pequeñas ya lo saben. Son los menos casos, pero los hay. Lo más habitual sin embargo es que hay que elegir y decidir entre varias opciones, teniendo en cuenta muchas variables y eso a veces hace más compleja la decisión final. Para ello hay información sobre estudios y sobre salidas profesionales, que afortunadamente hoy está muy al alcance en las web, o en las sesiones informativas de las universidades.

Otra dimensión es el "¿Qué me gusta estudiar, qué materias se me dan mejor?" Todos tenemos capacidades y talentos diferentes y en la carrera uno tendrá que pasar muchas horas estudiando y trabajando en unos contenidos concretos. Es mejor, por tanto, hacerlo con materias que a uno le gusten, ¿no? A veces se tienen intereses amplios y a uno le gusta más de una cosa. Así pues puede ser un procedimiento adecuado descartar estudios que son un "no" seguro, y dentro de los posibles "sí" valorar los "pros y contras". Conviene no perder de vista la profesión que hay detrás, la formación que uno quiere recibir, el "¿qué me gusta?", Y también el "¿para qué sirvo?".

Porque otro aspecto a considerar es "¿Para qué sirvo más? ¿Cómo podré ser más útil a la sociedad? ¿Cuáles son mis cualidades personales? "Por ejemplo si una persona tiene habilidades relacionales será más adecuada para ella una profesión de contacto interpersonal y de relación que no una profesión más solitaria y mental. Una persona, en cambio con habilidades técnicas y científicas, podrá elegir una profesión de ingeniería o ciencia donde pueda manifestar su potencial. Una persona que quiere ayudar a los demás una profesión relacionada con la salud, la educación o el servicio a la comunidad, etc. Esta dimensión se ve a veces mejor desde fuera. Por eso es tan importante el diálogo con los padres y educadores. Este diálogo sólo se puede hacer en un clima de confianza y respeto por la decisión de los hijos, pero teniendo en cuenta todos los elementos que están implicados y las consecuencias de las decisiones. A veces los hijos no quieren estudiar lo que les gustaría a los padres, y este diálogo pone a prueba la confianza mutua. Un clima de diálogo padres-escuela/instituto también puede contribuir a hacer una buena elección.

Un efecto colateral de la crisis actual es que seguramente no hay que elegir estudios sólo porque "si escojo esta carrera seguro que tendré trabajo". Los comienzos profesionales finalmente no son fáciles seguramente en ninguna carrera. El trabajo ya vendrá, lo importante en la edad de estudiar es formarse en lo que uno le gusta, su vocación. Con perseverancia se alcanzan con el tiempo los objetivos deseados. Por otra parte algunos se pueden preguntar: "¿Y si me equivoco en la elección?" A veces después de un primer año uno se da cuenta que lo que ha escogido no es lo que quería. Aquí hay que tener presente que un año no es tan importante, que siempre se puede cambiar. Ahora bien, las decisiones que se van tomando van orientando el futuro: escogiendo un camino se descartan otros.

Vamos a la otra dimensión importante, que a menudo no se tiene tanto en cuenta: La tierra que ha de hacer crecer la semilla. Una vez que ya se sabe el "qué" viene un aspecto también importante que es "donde". En Cataluña hay una amplia oferta universitaria, con propuestas de universidades muy diferentes. Aquí también hay que hacer un discernimiento antes de decidir por matricularse en una universidad u otra. No es recomendable escoger por variables de comodidad, como por ejemplo "la facultad está cerca de casa". Puede ser aconsejable hablar con familiares o amigos que hayan estudiado en una u otra universidad y tener una opinión directa de su experiencia. Las webs, cuando tienen finalidad propagandística, a veces dan unas expectativas que son diferentes de la realidad. Para escoger bien una institución se puede tener en cuenta, entre otras cosas, cuestiones como: el arraigo de la institución universitaria a la sociedad, la consideración en el ámbito profesional concreto, la facilidad de inserción profesional de los graduados, el prestigio de los profesionales formados en la institución, la calidad de la formación básica que luego ya se adaptará a las necesidades del mundo del trabajo, la calidad del servicio material y humano, las instalaciones y laboratorios, la red de contactos a partir de las instituciones donde se hacen las prácticas, el "networking" que uno desarrollará, etc.

Un aspecto que a veces pasa por alto es la importancia de la formación integral. Algunas universidades han desarrollado totalmente el paradigma de la universidad moderna y se han vuelto más y más especializadas, con poca consideración por la totalidad de la persona, y-digámoslo todo-a menudo con cosmovisiones muy materialistas y pragmáticas, que sostenidas por muchos profesores al final influyen en los estudiantes.

Yo ahora hablaría de los centros de mi universidad, convencido de que son una de las mejores opciones, pero no quiero que se diga que hago proselitismo. Lo que quería es sólo esto: dar algunos elementos básicos de discernimiento a los jóvenes, familias o educadores que están en este proceso de elección de estudios.

Para los que estéis en este proceso os deseamos una buena elección!