lunes, 29 de octubre de 2012

Construir confianza en tiempos de crisis


Construir confianza en tiempos de crisis: comunicación y capital social. Este fué el tema de la lección inaugural del curso en la Universidad Ramon Llull que tuvo lugar hace unos días en la Facultad de Comunicación Blanquerna. La pronunció el Sr. Ferran Rodés, vicepresidente del grupo Havas Media y presidente del diario Ara. Informó oportunamente del acto CatalunyaReligió.

No podemos reproducir los detalles de la bien documentada conferencia, propia de una persona que tiene una visión global de los problemas, a partir de los datos de su grupo de comunicación que tiene presencia en diferentes países del mundo, pero sí queremos comentar alguna de las ideas que nos parecieron de mayor relevancia, sobre todo las que hacen referencia al factor de construir confianza.

La primera idea del Sr. Rodés es que la crisis económica en la que estamos inmersos no es una crisis como otras que pueden haber habido. El capitalismo como sistema económico, está-dijo-gravemente herido. Los mecanismos clásicos de funcionamiento del sistema: creación de bienes y servicios, medios de comunicación de masas que informan de los productos, consumo que hace mover el sistema, ha sufrido un cambio significativo. Este capitalismo que se llamaba "democrático" al final ha resultado que no lo era tanto. En realidad el sistema de comunicación tradicional funcionaba de una manera muy vertical y poco participativa. Si antes los medios eran pocos, y normalmente públicos, ahora la circulación de la información está distribuida en redes, que van dando más y más control a agentes nuevos. Esto afecta de una forma definitiva en manos de quién está el control, y cómo se produce la decisión del consumo de productos. Esta capacidad de interconexión de las redes ha hecho desaparecer la distancia que había entre "lo que era una cosa y lo que aparentaba ser"-dijo Rodés-. La receta para el nuevo modelo que emerge hoy en día sólo puede basarse en la transparencia, ya que ocultar información es más difícil que nunca y suele ser "un pasaporte rápido para el desastre". En este nuevo mundo es primordial decir la verdad y que lo que se diga tenga una cierta utilidad-añadió-.

El Sr. Ferran Rodés además expuso como las fórmulas que se han probado para superar la crisis (rebajar el endeudamiento, desglobalitzar el sistema o volver a regular la economía) no han funcionado. Pero se mostró optimista sobre la capacidad de construir un nuevo sistema. No es que haya una alternativa clara al modelo anterior, que genere el momento suficiente confianza, pero sí presentó en concreto algunos ejemplos que dan motivos razonables para el optimismo. Afirmó que: "Tenemos la capacidad de construir un nuevo sistema de organización social y económica mucho más sólido, eficiente y sostenible, basado en tres factores de cambio: tecnología, energía y democratización de la comunicación social".

Para ejemplificar esta tendencia hacia un nuevo modelo puso el ejemplo de la situación de diferentes países del mundo. Así hay países que son países emergentes en los que funciona todavía el modelo anterior de crecimiento: más producción, más endeudamiento, etc. El modelo en el que estábamos nosotros hace unos años. Estos países en un mapa mundi tendrían el "color amarillo". Otros países estarían ahora mismo, como estamos ahora nosotros, en "color rojo", países que han crecido, se han endeudado creando "burbujas" y ahora están en una situación económica delicada y difícil. Sin embargo hay "países azules", países que ya han salido de la crisis. ¿Qué tienen en común estos países? - Se preguntó- ¿Porqué han salido? ¿Podemos aprender algo?

No son necesariamente países grandes. Ejemplos de países "azules" son Dinamarca, Países Escandinavos, Austria, o Canadá, entre otros. Estos en concreto no son de los países con más población. Tienen pero en común una serie de activos, entre ellos:

-Una cultura muy implantada de valores cívicos, de tolerancia y de respeto. Son países con democracias participativas, e implicación cívica. Se rigen por valores civiles y no dogmáticos.

-Unas sociedades bastante igualitarias donde no hay situaciones de pobreza extrema, con un notable sentimiento de comunidad. Son países solidarios, también seguros en el vínculo entre individuo y sociedad-dijo Rodés-.

-Una preocupación por el medio ambiente, muy profunda, que incluso es una fuente importante de nueva economía, como las energías renovables.

-Una cultura empresarial muy implantada y un tejido económico productivo competitivo, con un buen vínculo empresa-sociedad. Estos países "azules" tienen por ejemplo 42 de las 100 empresas más importantes del mundo.

La confianza será, para Rodés, el factor clave en las sociedades que vienen. La confianza ya no la genera una minoría y unos medios de masas, sino una red de personas interconectadas. En esta nueva ágora ya no funcionan los patrones clásicos: vender el producto aunque sea a expensas de no decir la verdad, etc. La verdad, la claridad de propósito, la transparencia, así como también la utilidad y los resultados, pasan a estar en un lugar importante para generar la confianza necesaria. Confianza pues no sólo para salir de la crisis sino como forma de vivir. Para Rodés esto quiere decir hacer pasar la política por delante de la economía. Para él además en Cataluña se dan algunas de estas condiciones y valores, y en eso fue también optimista sobre el futuro.

Un apunte: Este nuevo tipo de sociedad que se dibuja, en nuestro país, la puede representar tan bien como el que más el cristianismo. No me refiero a la práctica religiosa, sino a la traducción de los valores evangélicos en la organización de la sociedad, en la práctica relacional, cívica, de preocupación por los demás. Los cristianos tenemos un papel natural a jugar en estas nuevas sociedades que se dibujan, pero debemos hacerlo con respeto y diálogo, aceptando posiciones diversas, pero también expresando con claridad y transparencia nuestros puntos de vista, de forma razonada y constructiva. La Iglesia debe tener su papel, una Iglesia que acepta el pluralismo y que vive confiada en la evolución de la humanidad.

Para terminar queremos expresar nuestra felicitación al nuevo rector de la Universidad Ramon Llull el Excmo. y Mgnfco. Dr. Josep M Garrell, que inauguró por primera vez el curso académico como rector, y al que deseamos mucha suerte y acierto en su nueva responsabilidad!

lunes, 1 de octubre de 2012

Universidad: Aprendizaje reproductivo, creativo y humanizador


En una conferencia reciente en Blanquerna el profesor Dr. Juan Ignacio Pozo explicó el reto en el que se encuentran la gran mayoría de las universidades españolas, desde una vertiente psicopedagógica. Esta dialéctica recuerda mucho la que ya vivimos los que somos algo mayores con los planteamientos que se hicieron en la educación obligatoria con la LOGSE, pero en este caso aplicada a la educación superior. El Dr. Pozo definió qué entendía por aprendizaje reproductivo, que es aquel en el que el profesor transmite contenido, mientras el alumno aprende que lo que tiene que hacer es reproducir lo que el profesor espera. La evaluación en esta manera de hacer se realiza sobre la capacidad de retención de la información. El profesor de este modelo lo definió como "profesor gasolinero", que llena los depósitos vacíos de sus alumnos. En un contexto donde el acceso a la información ya no es difícil se preguntó si tiene mucho sentido seguir con este modelo. Sin embargo reconoció como las limitaciones organizativas "extrínsecas" (recursos, sistemas burocráticos, ...) o "intrínsecas" (mentalidades, resistencias al cambio, ...) hacen que muchos profesores de las universidades españolas no abandonen este modelo, ni con la oportunidad actual de Bolonia en la que, en muchos casos, se cambian cosas para seguir haciendo lo mismo (cambio Lampedusiano: todo cambia para que todo siga igual).

Contrapuso este modelo con otro que es el de aprender a gestionar el conocimiento para resolver problemas. Se trata de un conocimiento construido donde el profesor hace más de tutor, de guía, y el estudiante se implica en los fines del trabajo, no sólo en la ejecución, como ocurre en los problemas habituales del mundo profesional. La evaluación pasa a ser, en este enfoque más creativo del aprendizaje, una situación compleja que reproduce problemas profesionales y a la que se debe aplicar el conocimiento. Citó a Morin para tratar el tema de la incertidumbre con la que, con este modelo de conocimiento construido (y co-construido), debe convivir el estudiante. Propuso estos contextos de mayor autonomía y libertad, donde dijo no hay una verdad absoluta del profesor, sino que la misma se construye en grupo. Esto hace que se tenga que convivir con esta "incertidumbre", como sostiene Morin, lo que no es cómodo ni fácil, como reconocía el propio Dr. Pozo.

Algunas reflexiones y anotaciones que podemos hacer a esta bien expresada situación y aspiración de reforma de algunos teóricos de la universidad española:

En primer lugar para que esta alternativa de universidad basada en el aprendizaje creativo y más tutorial sea posible debe haber espacios y tiempos en los currículums para hacerlo, más allá de las disciplinas académicas. Las competencias de gestión del conocimiento, así como las competencias genéricas o transversales no derivan de uno u otro conocimiento, y deben poderse trabajar con unos conocimientos u otros, pero hay que aprenderlas propositivamente, es decir, su aprendizaje no es automático, se debe programar y dedicarles atención (espacios, tiempos, recursos ...).

Otro aspecto es que un buen profesor (que hay muchos), cuando explica los contenidos que sean, no sólo hace eso sino que transmite un lenguaje, una forma de pensar y una forma de vivir. La humanidad se ha desarrollado, antropológicamente hablando, a partir de que los jóvenes aprenden lo que les transmiten los mayores. Así pues, aunque explique contenidos, un profesor universitario hace mucho más que eso, sea más consciente o menos. Sería absurda una universidad que suprimiera las clases magistrales y lo fiara todo a la actividad de los estudiantes entre ellos, perdiendo lo que el profesor debe aportar: lo que podríamos denominar como su maestría.

Finalmente es una lástima esta vivencia de incertidumbre con la que se queda el estudiante y que propone Morin. No nos podemos quedar aquí, en una fragmentación, si queremos una universidad auténticamente creativa que además sea humanizadora. En el diálogo con grupos de estudiantes, en los que el profesor (tutor) debe estar presente, seguro que salen construcciones que son quizás socialmente aceptadas, aunque no contengan verdad, o también pueden surgir "chispas" de la verdad . Así un buen tutor está atento y, de forma dialogada, razonada, abierta y tolerante para todas las posiciones, debe ayudar a hacer ver que no todo es igual, que se puede ir más allá del relativismo o del utilitarismo con el conocimiento. Debe explicar también su posición y su verdad. Lo puede hacer más directa o más indirectamente, más socráticamente -si se quiere-, pero tiene una obligación moral de hacerlo, porque sino podría falsear, por omisión, el espíritu de la universidad que es "alma mater". Tampoco sería fiel a la esencia de la investigación universitaria que es búsqueda de la verdad (hablamos de la verdad en minúscula, pero se puede aplicar también a la Verdad con mayúsculas).

El profesor, asumiendo el riesgo de no ser totalmente comprendido, por el nivel o circunstancia en que se pueda encontrar el estudiante, debe despertar también la inquietud por ir más allá. El trabajo basado en el consenso, la vivencia de la incertidumbre,... son pasos seguramente necesarios, pero no suficientes para la universidad que quiera fomentar el aprendizaje auténticamente creativo que sea también humanizador, e ir efectivamente más allá de la reproducción de conocimientos o de la reproducción de las creencias del entorno inmediato del estudiante.