jueves, 1 de septiembre de 2011

Diálogo entre generaciones

Con el verano y las vacaciones aumenta el tiempo dedicado a la convivencia familiar y esto favorece el contacto entre generaciones. Quizás nunca como en el presente ha habido unas diferencias tan acusadas en las experiencias generacionales como las que hay entre los niños y adolescentes de ahora y las personas mayores que lo fueron en la época de la postguerra. ¿Debe, sin embargo, ser esto un obstáculo para el diálogo entre generaciones?  Esperemos que no.
La humanidad se ha desarrollado gracias a la transmisión de conocimientos y aprendizajes de generación en generación, lo que contrasta con la tendencia del mundo de hoy hacia el aprendizaje individual, por ejemplo, utilizando la red como fuente de información. La pregunta sería: ¿Podemos prescindir de la sabiduría y la experiencia de la gente mayor?  La respuesta: ¡no! Quizá la información más objetiva puede proporcionar aprendizajes relacionados con el saber y el saber hacer. Sin embargo hay una parte muy significativa del aprendizaje que tiene que ver con el aprender a ser. Y esta parte se aprende fundamentalmente del contacto humano en un contexto de afecto y de lazos familiares o de amistad. Aquí es donde resulta muy recomendable el diálogo entre generaciones.
El ser de la persona se entreteje en las historias familiares o en las narraciones llenas de vivencias y significado. Esto es lo que siempre hicieron los mayores: traer el pasado al presente, narrándolo, explicándolo, lo que favorece mecanismos humanos indispensables para la vida y para la felicidad personal: la atención, el saber escuchar, la actitud contemplativa, la imaginación, el valorar los pequeños detalles y la profundidad de las cosas sencillas. Ello requiere sin embargo calma, dedicación y tiempo.  Y el tiempo es el elemento que se puede dar en estos periodos vacacionales donde hay oportunidades para una convivencia más relajada.
Sería un error por parte de los mayores pensar que su experiencia no puede servir a las nuevas generaciones de los videojuegos y de la imagen. Muy al contrario el diálogo y la comunicación son más necesarios que nunca ante la abundancia de información. A pesar de las diferencias generacionales es imprescindible el diálogo intergeneracional.   
Josep Gallifa
Catedrático de la Facultad de Psicologia y Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna.
Universidad Ramon Llull

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