lunes, 23 de enero de 2012

Educación como mediación


En la anterior entrada tratábamos brevemente sobre aprender a pensar. Y esto nos lleva a considerar la dimensión mediadora de la educación. La relevancia de entender la educación como mediación está en que esta concepción va más allá de concebir la educación sólo como instrucción o como transmisión de conocimientos. Y es esto tan relevante? Veamos: Hasta hace poco tiempo incluso algunos profesores catedráticos o titulares de Pedagogía sostenían que las instituciones educativas (escuela, universidad) sólo tenían que instruir, que transmitir conocimientos! Esto estaba muy en consonancia, por otra parte, con los ideales de la Modernidad: transmitir conocimientos y como máximo inculcar algunos valores de ciudadanía a través de materias como la historia, entendida como historia del progreso humano regido por la ciencia y la tecnología . No digo que no sea coherente, ni que esté mal. Sólo que si entendemos la educación como mediación nos damos cuenta del hecho de que la perspectiva anterior no es suficiente para explicar todas las dimensiones de la educación.

Hay varios significados de la palabra mediación. El significado más empleado es el que entiende mediación como situación de estar en medio de dos partes con posturas e intereses diferentes y / o como proceso de ayuda para resolver conflictos entre partes. Sin embargo este no es el único significado de la palabra mediación, ni el más utilizado por la educación, que es el que expondremos a continuación.Mediación se entiende, también desde la psicología y la educación, como estar en medio pero en este caso entre el individuo que aprende y su cultura de referencia. Los mediadores primeros son los padres y después también los adultos que tienen una función educativa. Vygotsky, un psicólogo ruso de principios del siglo XX, es quien primero entendió la mediación de esta forma. Así la cultura, a través de este proceso antropológico de mediación, se convierte en fuente de humanización. Es toda una perspectiva que ha dado lugar a considerar la importancia de las dimensiones sociales y culturales, como complementarias a las más biológicas e individuales.

Entendemos cultura en sentido amplio del término, en sentido antropológico: valores, aprendizajes, actitudes o comportamientos valorados por un grupo humano y que pasan de una generación a otra. No estamos hablando de inculcar unos valores u otros, estamos hablando del proceso general mediante el que todas las culturas humanas, por el hecho de serlo, traspasan a sus miembros más jóvenes su visión del mundo y aprendizajes básicos y así las personas y las culturas tienen una continuidad generacional. Es importante hacer notar aquí que los procesos de mediación no siempre son totalmente conscientes o controlados, sino que como Bruner sostiene, forman parte del estilo de vida técnico-social humano. Así es como este autor estadounidense estudió y entendió el proceso de adquisición del lenguaje por parte de los niños y niñas.

Y que hacen los mediadores? Feuerstein nos explica cómo los mediadores seleccionan los estímulos educativos, los enmarcan en el espacio y en el tiempo y también dotan los estímulos de significado. Sin este proceso de mediación no acabaríamos de salir de los modelos conductistas, centrados en conectar estímulo con respuesta. Para el individuo, cuando los mediadores no han actuado, ello se traduce en un estado de desorientación y falta de identidad cultural que le deja en una situación desfavorable. Los mediadores ayudan en el proceso de flexibilizar la mente, de estimular la confianza en las propias posibilidades y ayudan fundamentalmente a lo que Feuerstein observa como característica más importante de la antropología humana: la capacidad de adaptarse y cambiar. La perspectiva de Feuerstein fue introducida en Cataluña y en España hace unos años por La Salle. Yo la descubrí del Hno..Ramon Farrés y desarrollé sobre esta perspectiva la tesis doctoral.

La educación puede entenderse como mediación. Así no sería posible educar sin trasladar, más conscientemente o menos, una visión del mundo, una actitud ante los objetos de conocimiento y ante los demás.Los educandos aprenden de todo, de lo que se les enseña consciente y deliberadamente pero también aprenden del ejemplo que se les da. Por lo tanto el contenido a aprender no agota la finalidad de la educación. Se enseña para la vida y el contenido es un medio. Desde la perspectiva que consideramos no se puede prescindir de esta dimensión, ya que está implicada en el mismo hecho de enseñar y aprender. Mejor, por tanto, hacernos conscientes de todos los procesos involucrados en el enseñar y aprender y así poder clarificar mejor qué supone la interacción educativa y qué elementos están implicados en ella.

Una educación sin la dimensión de la mediación pone, por ejemplo, las cosas más difíciles a la educación religiosa. Más allá de transmisión de información, es importante para la educación religiosa que el educando pueda relacionar lo que aprende con la vida. Educar en la dimensión religiosa encuentra su encaje natural en entender la educación como mediación.

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